Después de haber estudiado el enfoque porteriano de competitividad, Juan comprendió que en Bolivia no están dadas las condiciones necesarias ni suficientes para ser competitivos. Sin embargo, también comprendió que si no se actúa de inmediato en la creación de la competitividad nacional, el futuro de Bolivia será de mayor pobreza y marginalidad social. |
Para evitar este contexto poco alentador e incluso algo fatalista, pensó en el éxito competitivo coreano en la producción y venta de hornos a microondas, y concluyó que si los coreanos habían logrado superar las barreras de la pobreza y desarrollar una industria competitiva en diversos sectores industriales, entonces los bolivianos también podemos emular el ejemplo coreano y encaminar nuestro país hacia la senda de la industrialización y la competitividad. Pero a medida que iba reflexionando surgieron dos preguntas básicas: ¿en qué podemos ser competitivos? y ¿cómo podemos desarrollar la competitividad? |