Banco de Brasil compra Banco Patagonia: ¿Se prepara la banca brasileña para salir al exterior?
El carisma de Lula, la organización del Mundial de Fútbol en 2014 y de las Olimpiadas en 2016, junto con un espectacular crecimiento económico en los últimos años, han puesto de moda a Brasil y lo han perfilado como uno de los países en desarrollo con mayor potencial del mundo.
Esta evolución se ha visto acompañada por la internacionalización de sus empresas, muchas de las cuales eligieron Argentina para dar el salto al exterior.
El desembarco de más de 400 empresas brasileñas, pertenecientes a variadas industrias, se ha producido, en su mayor parte, mediante la compra de otras empresas locales, como la cementera Loma Negra, que fue adquirida en 2005 por el grupo Camargo Correa; la petrolera Pecom, comprada por Petrobrás en 2002; o la tradicional cervecera Quilmes, que pasó a manos de Ambev hace pocos años.
El sector financiero no podía ser una excepción. El mayor banco público del país vecino Banco do Brasil, concretó en marzo pasado la adquisición del 51% del argentino Banco Patagonia por U$S 470,66 millones. Y algunos rumores periodísticos apuntan a que el banco brasileño Itaú estaría interesado en quedarse con las operaciones del Standard Bank, si es que la entidad de origen sudafricano decide finalmente dejar Argentina. El Itaú lidera el mercado de bancos privados brasileños al fusionarse hace dos años con Unibanco.
“Todavía no se puede hablar de una tendencia de los bancos brasileños por salir de compras”, señala Felipe Monteiro, profesor de Gestión de Wharton. Sin embargo, dice, es una realidad que “están creciendo enormemente, la rentabilidad es increíble y ahora tienen plata. Condiciones suficientes para salir a comprar. Además, el real se ha valorizado y sería apropiado hacer una expansión en estos momentos porque los activos de fuera del país son comparativamente más baratos”.
Por otro lado, la presencia de bancos fuertes y poderosos como Banco do Brasil en Argentina significa un apoyo para las empresas brasileñas que ya operan en el mercado argentino dando empleo a 200.000 personas. “Es una estrategia del tipo “follow sourcing”, es decir, una forma de acompañar el desarrollo internacional de las empresas brasileñas en la Argentina”, opina Rodolfo Rapán, profesor de Finanzas de Empresas de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Palermo (UP). Y señala que “el flujo de inversión extranjera directa desde Brasil hacia Argentina ha sido constante y de magnitud. Los bancos siguen a las empresas en ese proceso”. Desde 2003 llegan a Argentina unos 4.000 millones de dólares promedio por año, casi 40 por ciento de los cuales proceden de Brasil.
El avance brasileño
Desde que Brasil devaluó su moneda en 1999 por su déficit económico, se sucedieron 11 años de estabilidad y crecimiento. Con el real fortalecido y un gran tamaño de mercado, muchas empresas brasileñas sintieron la necesidad de expandirse en la región. Enrique Dentice, investigador de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), señala que “las principales empresas brasileñas son las más grandes de América Latina y compiten con las mexicanas por la región. Su éxito industrial y sus fuertes inversiones en países como Argentina las convierten en empresas multilatinas”. En su opinión, el propulsor de esta expansión ha sido el mercado interno con 190 millones de habitantes que representa aproximadamente el 50% del mercado latinoamericano.
Dentice añade que la elección de Argentina como principal destino de las inversiones se debe a que “los precios son baratos, sobre todo desde la crisis de 2002”, cuando el país entró en default. Por otro lado, “las ganancias obtenidas por las empresas brasileñas equivalen a casi 9 veces las ganancias de las empresas locales”. Este mayor rendimiento se debe al tamaño de las empresas brasileñas, acostumbradas a trabajar en un mercado casi cinco veces más grande que el argentino.
En el caso más reciente de la banca, Monteiro señala que “la proximidad física, cultural e institucional hacen que tenga sentido que un banco brasileño como Banco do Brasil empiece su expansión global desde un país cercano como Argentina. Además, si tengo mucha plata en Brasil, mi moneda está valorizada, Argentina está cerca y la inversión no es muy grande si se tiene en cuenta el tamaño del Banco do Brasil; es más bien una inversión modesta”.
Sin embargo, Banco do Brasil no es nuevo en el mercado financiero argentino ya que cuenta con oficinas en el país desde hace más de 40 años. La compra el Banco Patagonia forma parte, entonces, de una apuesta mucho más grande que se vincula con una visión global. “La entidad tiene oficias en todo el mundo, incluso en EE.UU. Pero hasta ahora era una presencia como las embajadas, limitada, de apoyo. La gran diferencia es que con la compra del Patagonia se inicia una nueva expansión transnacional”, asegura Monteiro.
La idea principal es poder trasladar al país huésped, un modelo de negocios exitoso. Es decir, productos financieros, tecnología, análisis y gestión de riesgos, estrategias de marketing, y demás herramientas de éxito probado en el país de origen que puedan adaptarse a otro mercado.
“En el caso particular de Banco do Brasil, su tamaño y disponibilidad de recursos es una enorme ventaja. Recordemos que su total de activos representa 3.5 veces el total de los activos del sistema financiero argentino”, detalla Rapán, de la UP. Dentice, de la UNSAM, también se detiene en los números comparativos e indica que el volumen que representa el Banco do Brasil es 4 veces el sistema bancario local: “Sus activos están en más de U$S 400.000 millones, y su cartera crediticia es 3 veces mayor que la argentina (172.700 millones). Cuenta con 113.000 empleados frente a los 97.000 del sistema bancario local”.
En cambio, el Banco Patagonia posee activos por U$S 2.570 millones, préstamos por U$S 1.163 millones, depósitos por U$S 1.717, patrimonio neto por U$$ 448 millones. Su cartera supera los 775.000 clientes, tiene 155 puntos de atención, 417 Cajeros Automáticos y 2.660 empleados.
Justamente debido a la diferencias de tamaño con Argentina, el mercado financiero brasileño ha tenido posibilidad de pasar por distintos momentos económicos y esa experiencia se ha traducido en la sofisticación y especialización de los servicios bancarios. Monteiro señala que la banca brasileña cuenta con mucha inversión en tecnología. “De hecho, es más fácil hacer una transferencia en Brasil que en EE.UU. Es una banca estatal más que eficiente, sofisticada para los clientes. Al Banco do Brasil lo compararía con cualquier banco comercial de primera calidad, como el Santander o el Bank of America”.
Vecino con problemas
El sistema financiero argentino atravesó graves problemas desde la crisis económica y social desatada en 2001. Por aquel entonces, muchos bancos empezaron a abandonar el mercado y disminuyó poco a poco el número de entidades en el país.
Hoy en día, a pesar de que el crédito no se ha recuperado del todo, el consumo es uno de los principales motores del sistema financiero. “El sistema se encuentra sólido y líquido. El nivel de cartera irregular -que mide la calidad de la cartera de préstamos- se mantiene desde hace 3 años entorno del 3% (en 2002 era el 38%). La liquidez del 33% es la más alta de los últimos 15 años. Las mejoras en eficiencia redundan en un retorno promedio sobre equity cercano al 20%. La gestión de riesgos es un tema sobre el que seguramente se implementarán mejoras a mediano plazo” apunta Rapán, de la UP.
Monteiro destaca que, desde la crisis de 2002, la industria financiera argentina “todavía sigue intentando reconquistar la confianza de los clientes. Hay gente que no está totalmente convencida (de su seguridad), algo que en Brasil no sucede. El mundo mira a Brasil y confía en él. Hay muchas expectativas sobre el país y, de momento, no se ha producido un exceso de confianza. Mientras que a Argentina se la ve como en una situación stand by, no ha habido un cambio fuerte (en la marcha de su política o su economía)”. En su opinión, falta una visión de largo plazo.
Monteiro cree que a Argentina se le debería exigir un mejor desempeño: “Tiene mucho potencial y calidad en los recursos humanos, por eso está en condiciones de crecer mucho más”. Rapán está de acuerdo con que este punto de vista y añade que, “para quien lo sabe ver, Argentina ofrece excelentes oportunidades de negocio en múltiples áreas. Los indicadores económicos han mostrado fortaleza, en el actual escenario de crisis internacional. Los recursos naturales y humanos son factores clave para el desarrollo de muchos negocios. El consumo tiene una dinámica propia y sólida”.
Sin embargo, una de las condiciones que podría favorecer el crecimiento de las empresas brasileñas y argentinas es el fortalecimiento del MERCOSUR, un mercado común –también integrado por Uruguay, Paraguay y Venezuela- que ha tenido problemas y que en los últimos meses ha enfrentado a ambos países por las barreras comerciales impuestas a una docena productos, entre ellos alimentos, sanitarios, autopartes, calzados y electrodomésticos.
En opinión de Monteiro, los problemas con el MERCOSUR son de corto plazo y “tienen que ver con cuestiones políticas, pero no creo que la situación siga por este camino. Tengo grandes expectativas de que la situación mejore y el intercambio comercial sea fuerte. Las empresas que invierten en ambos países lo hacen a largo plazo”, opina Monteiro. Y remarca, con optimismo, que tanto Brasil como Argentina “son países emergentes, todavía no tienen todo listo y hay que seguir negociando. La perspectiva para la región es muy buena”.
Al respecto, el profesor de la UP piensa que la asignatura pendiente para ambos países “es el consenso y la implementación de un puñado de pilares estratégicos. Me refiero a “ideas fuerza” que se mantengan en el largo plazo independientemente del gobierno de turno y generen certidumbre. Un acuerdo sobre los factores clave para el desarrollo sostenible”. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario